La IA me desespera

La IA nos está volviendo más ansiosos

La IA nos está volviendo a todos más ansiosos. Antes estábamos dispuestos a Googlear por un rato, a investigar usando diferentes fuentes, encarar distintos caminos, pero hoy con la IA sentimos todo más cerca, como si las soluciones estuviesen ahí en la superficie y lo único que debemos hacer es escribir el prompt correcto.

Ya veníamos convirtiéndonos en seres más ansiosos por culpa de las redes sociales –ya cuesta más leer textos largos o consumir videos extensos– pero la IA y la respuesta inmediata está haciendo que nos desesperemos si no encontramos lo que buscamos rápidamente. Y no solo me refiero a lo laboral. Hoy me pasa que si tengo una duda mientras charlo con familiares o amigos, cada vez más recurro a ChatGPT para tener la respuesta a nuestra duda.

¿Te acordás cuando nuestro límite de ansiedad estaba en llegar a la segunda página de Google? Hoy parece una locura llegar a eso. Delegamos tanto en la IA que si no obtenemos una solución rápida nos desesperamos.

Esto me hace dudar si no nos estamos convirtiendo en seres cada vez menos pensantes. ¿La IA va a hacer que no profundicemos en nada? ¿Nos estamos convirtiendo en personas más vagas? El investigar sobre un tema para solucionar un problema, lograba que aprendamos sobre otras cosas. Ese ejercicio de ir y venir para encontrar una solución nos formaba. Eso se acabó, porque las respuesta de la IA suelen ser más directas. De a poquito y sin darnos cuenta nos están robando el poder de aprender temas relacionados a través de la investigación.

Todo esto suena pesimista, pero igual no creo que esté todo perdido. La clave está en cambiar el enfoque. Antes nos formábamos sobre un tema a nivel general buscando info sobre una solución; hoy depende de nosotros. El profundizar o lograr ese ida y vuelta depende de que nosotros repreguntemos y cuestionemos lo que nos devuelve la IA.

Desde hace un tiempo me fuerzo a usar este enfoque. Elijo bien mis prompts y no me quedo con lo primero que me devuelve. En vez de pedir directamente una solución, pregunto por el problema primero, busco la razón y el origen de lo que quiero resolver. Luego, una vez que tengo la respuesta, repregunto, cuestiono y pido más detalles.

Quizás no estoy cambiando mucho con eso y voy a terminar siendo un vago que depende pura y exclusivamente de la inteligencia artificial para desarrollar soluciones, pero hoy decido creer que soy yo el que tiene el control.


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